Capítulo 19: Respuestas.

Era lunes y su cabeza aún seguía dando vueltas a lo que había ocurrido dos días atrás.
Había estado evitando a toda costa todas las llamadas.
Quería estar sola y pensar detenidamente todo.
Era una decisión importante para ella y no iba a pensarlo rápidamente.
Sus ojeras la delataban y Javier su jefe no tardó en darse cuenta al verla entrar en el local.
Ella había inventado una escusa para evitar dar explicaciones.
"Creo que estoy algo resfriada y no he dormido bien este fin de semana"
Para su sorpresa su Jefe sin dudar le dijo que se fuera a su casa a descansar, que tenía muy mal aspecto y que lo mejor era que se tomara un par de días libres para recuperarse.
Noa insistió una y otra vez en que no era necesario pero fue tanta la insistencia de Javier que al final aceptó.
Le dio las gracias con una sonrisa visiblemente forzada y desapareció por la puerta que hacia apenas veinte minutos había cruzado para entrar a trabajar.
Camino a su casa abrió el móvil y miro los dos mensajes que Kevin le había escrito durante el fin de semana.
"¿Esta todo bien Noa? Me tienes preocupado. Cuando leas esto llámame por favor"
" ¿He echo algo mal? Si es así me gustaría saberlo. Espero respuesta."
Una mueca de tristeza apareció en su rostro.
Él no se merecía ese trato por su parte. Tenía que dar la cara y como antes mejor.
No había nadie en su casa y eso la calmó. Necesitaba soledad, su gran aliada para ordenar sus pensamientos.
Dejándose caer en la cama y soltando un suspiro largo se quedo mirando el techo de su habitación.
Su mente era un mar de dudas.
¿Llamaba a Kevin y le decía toda la verdad? ¿Aceptaría la proposición de León? ¿Lo mejor era rechazarla? ¿Sería mejor dejar a los dos y intentar empezar de nuevo sola? ¿Desaparecer por un tiempo?

Una melodía suave la despertó. Su teléfono estaba sonando.
Mierda, se había dormido. Con los ojos entrecerrados miro la hora, las cuatro y veinte de la tarde.
Con lentitud miró la pantalla de su móvil, Kevin la estaba llamando.
Medio dormida respondió.

+ Eh... Hmmm ¿Si?
- ¿Noa?
+ Dime...
- Veo que te he despertado. Lo siento.
+ No pasa nada, dime Kevin.
- Ahora que lo pienso ¿Que haces en casa?
+ No me encuentro bien, apenas he dormido este fin de semana y mi jefe me ha dado dos días libres...
- ¿Que te ocurre? No me has respondido ni a las llamadas ni a los mensajes...
+ Lo sé... Perdón... Yo...
- ¿Que esta pasando Noa?
+ Necesito hablar contigo de algo importante pero antes necesito un poco de calma.
- No entiendo nada... ¿He echo algo mal? Puedes decírmelo.
+ No... Tu no... Es cosa mía.
- Hmm...
+ ¿Te va bien quedar mañana por la mañana?
- Ya sabes que trabajo...
+ ¿Cuando terminas tu turno?
- A las seis y media de la tarde.
+ Pues... Si te va bien podemos vernos en el Bar "Minties" a las siete.
- Mmm... Vale, pues dejo que sigas durmiendo, mañana nos vemos.
+ Un beso...

Sin esperar respuesta colgó.
Dormir unas cuantas horas le había sentado bien.
Parecía que su mente estaba algo mas ordenada.
Había decidido sin pensarlo mucho quedar con Kevin. Ya que había dado el paso tenía que darlo hasta el final y contarle todo lo sucedido.
Si, sería lo mejor.
Ahora quedaba la parte mas difícil.
¿Quedaría con León o no?
Pf.... Que tortura.

Bajando las escaleras se paró en seco.
Había gente en su casa y no tenía muchas ganas de dar explicaciones.
Finalmente accedió a darlas.

Su madre estaba mirando la televisión.

-¡Noa!
+ Hola mamá.
-¿Que haces aquí?
+ Este fin de semana no me he encontrado muy bien y Javier me ha dado dos días de fiesta.
- Vaya... No me habías dicho nada.
+ Lo sé... No quería preocuparte.
- Ven anda.

Su madre la acurrucó entre sus brazos y Noa sintió que el mundo era un poco mejor entre los brazos de su madre.
Sabía como hacerla sentirse mejor sin decirle ni una sola palabra.
Juntas miraron la televisión y la mente de Noa por un rato descansó de esas dudas que le atormentaban.

Eran las diez de la noche y los ojos de Noa parecían dos platos. Al haber dormido por la mañana hasta casi por la tarde había echo que no tuviera ni pizca de sueño.
Durante la tarde había estado viendo la televisión con su madre y mas tarde habían ordenado un poco la casa y ahora sentada en una silla del comedor miraba como su padre hacía la cena con su padre.
Se les veía tan felices... Eso la alegraba.
Cuando había terminado de cenar y decirle una y otra vez a su madre que estaba bien y que no se preocupara se despidió de ellos y se fue a su habitación.
Encendió su ordenador y puso el reproductor de música.
Se conecto al Messenger y su sorpresa fue ver a León en Línea.
Vaya...
También estaba Claudia y Ángela.
Pasados veinte minutos él le hablo.

- Buenas noches.
+ Buenas noches, León.
- ¿Todo bien?
+ Bueno... Eso intento.
- ¿Has pensado algo?
+ Tu como estas.
- Dejémoslo en estoy.
+ Aha...
- Contéstame a la pregunta.
+ Si he pensado. Mañana he quedado con Kevin.
- Bien. ¿Se lo vas a contar todo?
+ Supongo.
-¿Supongo?
+ Si, supongo.
- Bueno... Y... ¿Has decidido si nos veremos o no?
+ Aún no...
- No quiero agobiarte, ya me dirás algo pero prefiero que sea pronto.
+ ¿Tanta prisa tienes?
- Si.
+ Pues lo siento pero no es algo que pueda decidir de un día para otro.
- Tampoco te estoy pidiendo que te cases conmigo...
+ ¿Y?
- Pues que no es para tanto. Simplemente quiero verte y que tu me veas y así aclarar las cosas. Punto.
+ Pues siendo así de borde lo único que vas a conseguir es que tarde más.
- Lo mejor será que me vaya. Adiós.

Y antes de que Noa pudiera replicarle se desconectó dejándola con la palabra en la boca.
Eso lo odiaba.
Cabreada consigo misma y con él se despidió de sus amigas y cerro el Messenger.
No tenía ganas de hablar con nadie.
Se puso a buscar en Google billetes y el precio era bastante alto.
Luego buscó cómo saber si lo que sientes es "amor o capricho" y ninguna de las respuestas encontradas parecía solucionar sus líos de cabeza.
Cansada de buscar y no encontrar respuestas bajó a la cocina y se tomo una tila, a ver si eso la hacía dormir.
Eso de estar todo el día encerrada en casa sin hacer apenas nada la sacaba de quicio.

Abrió los ojos y miró el reloj.
Las once y media de la mañana.
Había dormido como un tronco esa noche y la verdad es que se sentía bastante bien.
Bajó a la cocina y estaba sola.
Tenía ocho horas para arreglarse y pensar en que decir.
Limpió la casa, hizo la comida y cuando termino todas las tareas que ella misma se había puesto para matar el tiempo y no pensar mucho fue hacía el baño.
Estuvo mas de una hora bajo el chorro de la ducha y parecía que las ideas poco a poco empezaban a aclararse.
Cuando salió de la ducha y se secó miro el reloj.
Las cuatro y cincuenta.
Iba bien de tiempo así que fue hacía su armario y empezó a sacar ropa.
No quería arreglarse mucho ya que la ocasión no era la adecuada para ir así.
Cuando estaba arreglada del todo eran casi las seis de la tarde.
Salió de su casa y se fue hacía el cajero para sacar algo de dinero.

Eran casi las siete y ella ya estaba en "Minties" sentada en una mesa al lado de de una ventana.
Estaba algo impaciente pero tenía que pensar en que decir y cómo.
Miro el reloj otra vez.
Las siete y cuarto.
Kevin no solía retrasarse y eso la puso aún más nerviosa.
Pensando en cosas absurdas como que le había pasado algo él apareció por detrás suyo dándole un susto.
A los dos minutos de él sentarse un camarero flacucho se les acercó.

--¿Que desean?
+ Un café con leche y una de sacarina, por favor.
-- Bien. ¿Y usted?
- Una Coca cola con hielo y limón, por favor.
-- Bien. Enseguida vuelvo.

Cuando ya tenían sus pedidos Kevin fue quien empezó a hablar.

-Bueno, primero de todo ¿Como te encuentras?
+ Mejor, gracias.
- Hmmm... Bueno estoy impaciente por oír explicaciones.

Dudando Noa se lo quedó mirando. Estaba guapísimo con esa camiseta blanca y esos tejanos rotos.
Sus ojos penetrantes la miraban fijamente.

+ Bueno antes de todo entenderé que después de oír lo que tengo que decirte te levantes y te vayas o que no quieras dirigirme la palabra nunca más.
- Me estas asustando...
+ A ver... ¿Te acuerdas que te hablé de un chico...
- Si. ¿Que pasa?
+ Quiere verme.
- Vale y ¿Cuál es el problema?
+ Quiere verme para aclarar sus sentimientos respecto a mi...
- Mmmm... ¿Le gustas?
+ Eso creo...
- No es nada extraño, eres preciosa...
+ Lo peor de todo es que yo creo que también necesito verle para aclarar los míos.

Los brazos de Kevin se tensaron.

+ Tampoco quiero que pienses que estoy enamorada de él ni nada parecido lo que pasa es que ni yo se lo que quiero en este momento y antes de hacer daño a alguien prefiero dejarlo todo claro.
- Pff.... Joder Noa...
+ Con esto no te estoy diciendo que no sienta nada por ti, por que contigo estoy muy bien, ni tampoco que si lo veo me vaya a lanzar a sus brazos pero...
- Entonces... ¿Que quieres de mi Noa?
+ No quiero perderte.
- Ahora mismo no sé que decirte, no me esperaba esto la verdad.
+ Entenderé que te cabrees y que no quieras saber de mi pero quería ser sincera contigo. Lo que menos quiero es mentirte y hacerte daño.
- El daño me lo acabas de hacer y creo que no merezco esto por tu parte.
+ No...
- ¿Que he echo mal?
+ Nada. Eres un buen chico y me tratas genial pero... Los sentimientos no se eligen. Ojala...
- ¿Vas a verlo?
+ Creo que.... Si.
- Joder.... Hmmm....
+ Te repito que eso no quiere decir que vaya a pasar nada, simplemente quiero ver como reacciono y como reacciona él. Voy a verle como amiga no cómo nada más, tenlo claro.
- Ahora mismo no tengo nada claro Noa.

Los ojos de Noa empezaron a brillar y Kevin pudo ver como una lágrima se precipitaba por la mejilla de ella.

- No llores por favor... No lo hagas más difícil de lo que es.
+ Yo... L... Lo siento...
- Bueno yo mis sentimientos los tengo claros pero parece ser que tu no así que si vas a ser más feliz y vas a estar mas tranquila viéndolo pues... Adelante.
+ Gracias Kevin... Aún no se cuando voy a ir pero si lo prefieres te mantendré informado.
- ¿Cuantos días vas?
+ Aún no lo sé.
- Bueno si te soy sincero prefiero que no me digas nada hasta que hayas vuelto.
+ ¿Seguro?
- Si.
+ Bueno... Eh... Lo siento de veras.
- El que lo siente soy yo créeme.

Eran casi las ocho y cuarto de la tarde y se despidieron con un frío beso en la mejilla de él hacia ella.
Al llegar a casa Noa le mintió a su madre diciéndole que había cenado fuera y que estaba muy cansada así que se iba a dormir.
Cuándo estaba en su habitación encendió su ordenador y buscó a León.
Ahí estaba, esperando una respuesta.
Pensó en lo capullo que había sido la noche anterior y tenía pocas ganas de darle una respuesta.
Mientras decidía si decírselo o no pensó en Kevin...
No se merecía esto, él había sido bueno con ella pero... No podía mentirle y menos mentirse a si misma.
Finalmente le habló.

+ Hola.

Pasaron diez minutos y no le había contestado.
Quince...
Veinte...

+ ¿No vas a contestar o qué?

Veinticinco...

Harta de esperar se dispuso a cerrar el ordenador.
Una vez en la cama volvió a pensar en lo ocurrido.
¿Era una mala persona?
De repente su móvil empezó a sonar.
León.
Pensó en como se estaba comportando con ella últimamente y lo hizo esperar.
Hasta que a la segunda llamada y tercer tono descolgó el teléfono.

+ León.
- Si que has tardado en cogerlo.
+Si que has tardado en responder.
- Pero si te he llamado yo.
+ Me refería a que te he hablado por el ordenador y no me has contestado.
- Ah... Estaba ocupado y al verlo ya te habías ido.
+ Vale.
- Bueno que querías.
+ Se lo he contado todo a Kevin.
- ¿Y bien?
+ Se lo ha tomado mal pero no me ha dicho que lo olvide ni nada de eso como yo temía.
- Bueno siempre tienes que encontrar la parte positiva a todo y es que no te ha mandado a la mierda.
+ Supongo...
- ¿Algo mas que quieras decirme?
+ No lo sé.
- Mmm...

Silencio incómodo.

- Bueno entonces... Ya hablaremos.
+ Espera...
- Qué.
+ Iré.
- ¿Cómo?
+ Vamos a vernos.
- ¿Estas segura?
+ Bastante.
- Bien.
+ ¿Tu?
- Yo estoy seguro desde hace días, ya lo sabes. No se por que preguntas.
+ Mira León si vas a estar así de borde mejor me lo pienso otra vez.

Suspiro.

- Estoy normal.
+ No estas normal, estas borde y eso me pone de mal humor.
- No exageres.
+ ¡No estoy exagerando, no eres consciente de todo lo que me esta costando todo esto! Joder.
- Cálmate Noa.
+ ¡No me calmo! Para ti será fácil pero para mi no lo es para nada.
- ¿Crees que para mi es fácil?
+ ¡Si!
- Pues te equivocas. Si estoy así es por que me desespera esperar y ver cómo lo pasas mal y...
Ver como lo pasas mal por otro chico y aun que suene egoísta me jode que lo pases mal por otro chico que no sea yo.
+¿Perdona?
- Lo que oyes.
+ O sea que te gustaría lo que pasara mal por ti? De que vas.
- No me he explicado bien.
+ Pues explícate mejor antes de que me entren más ganas de colgarte de las que tengo.
- Que me jode que sientas algo por otra persona que no sea yo.
+ Si te soy sincera no se ni lo que siento ya por nadie.
- Mira lo mejor será que hablemos en otro momento. Ambos estamos nerviosos y si seguimos será peor.
+ Como quieras.
- Bueno entonces me quedo con lo de que vamos a vernos.
+ Si.
- ¿Puedo saber cuándo?
+ Déjame asimilarlo.
- Bueno he mirado billetes y son algo caros así que he pensado en ir yo con mi coche.
+ ¿Hasta dónde?
- Hasta tu casa.
+ No creo que sea lo mejor.
-¿Entonces?
+ Podríamos quedar en el pueblo de al lado, si te parece bien.
- ¿Como se llama?
+ Viñales.
- De acuerdo.
+ No vengas hasta que te haya dicho el día y la hora, por favor...
- Tranquila esperaré tu respuesta.
+ No tardaré mucho, cuando antes sea mejor para los dos.
- Estoy de acuerdo.
+ Ya hablaremos.
- Espero tu respuesta.
+ Buenas noches León.
- Buenas noches Noa.

Dejando el teléfono en su mesita de noche se puso boca abajo hundiendo la cabeza en su almohada y soltando un leve suspiro que en pocos segundos se convirtió en grito.
Necesitaba quitarse esos nervios que le inundaban su estómago.
Iba a verle, iba a verle en muy poco tiempo.

Capítulo 18: Una decisión importante.

Ya era viernes y eso hacía que Noa estuviera animada.
Al salir del trabajo hizo una llamada a su amigo Jorge, le apetecía verle.

- ¡Hombre cuanto tiempo!
+ Hola Jorgito, ¿Te apetece quedar un rato?
- Deja que mire mi agenda, mmm...
+ ¡Deja de hacer el tonto y dime que si!
- Jajaja, a que hora.
+ Pues si te parece antes de cenar y vamos por ahí a comernos una hamburguesa, como los viejos tiempos.
- Me parece perfecto.
+ ¿A las nueve?
- Vale, nos vemos fea.

Los dos días anteriores había estado un poco rallada y le apetecía airearse un poco y que mejor compañía que su amigo, ese que siempre estaba dispuesto a verla y hacerla sonreír.
Apenas recordaba lo que había pasado entre ellos, estaba seguro de que él le había pasado lo mismo.
Una semana atrás le había confesado que había conocido a una chica y que la cosa iba bastante bien.
También había hablado con Kevin y la cosa marchaba bien.
Con quien se negaba a hablar era con León, no quería sufrir, no quería comerse el coco por algo que no estaba a su alcance ni lo había estado nunca.
Mientras se hacía una cola su madre la sorprendió llamando a su puerta.

- ¿Sales?
+ Si mama, con Jorge.
- ¡Vaya hace mucho que no hablabas de él, llegue a pensar que estabais enfadados!
+ Que va, pero esto de trabajar tanto me deja muerta.
- Entiendo... ¿Vais a cenar?
+ Si, hamburguesa.
- ¿Necesitas dinero?
+ No, ya llevo, gracias.
- Yo de ti me dejaría el pelo suelto, siempre con la dichosa cola, te sienta mejor de la otra manera.
+ ¿Tu crees?
- Si.
+ Esta bien...
- Te dejo, pásalo bien cariño.

Le dio un beso en la mejilla y se fue.

Sentada en el banco de su calle apareció Jorge por la esquina de la calle, iba como siempre, pantalones rotos y camiseta ancha y como no con su gorra negra con una M de color verde.
Se saludaron y cogieron el autobús que les llevaría a su hamburguesería preferida.
"Honeys"

Cuando por fin estaban sentados en la mesa Noa empezó a preguntarle sobre esa misteriosa chica.
Quería saber la historia y alegrarse por él.

+ Bueno, cuéntame señorito.
- Pues... Se llama Valeria, tiene veinte años y es una chica entrañable.
+ Quiero detalles, ya sabes como somos las chicas...
- Oj... Veamos, una noche de Sábado que no me apetecía salir me conecte a un chat de esos cutres que suele conectarse la gente aburrida y después de llevarme muchos chascos con tías que querían algo que no podía ofrecer me hablo una chica, tímida y inteligente.
+ ¿Inteligente?
- Si, sabes que yo de buenas a primeras no suelo soltarme y ella con diez minutos de conversación consiguió que me soltara hasta tal punto que parecía que nos conociéramos de toda la vida.
+ Vaya, menudo logro.
- Te digo...
+ Y bueno, ¿la has visto por fotos, hablado por teléfono...?
- Si, ambas cosas.
+ Detalles, detalles...
- Mira que eres cotilla eh...
+ ¡Anda va!
- Es rubia tirando a castaña, ojos marrones y... es preciosa Noa.
+ Bueno, bueno que se nos ha enamorado.
- ¡No digas tonterías! Simplemente estoy agusto con ella.
+ ¿Y su voz?
- Es aguda, al principio creí que me había mentido sobre su edad y que en vez de veinte tenía quince, pero su manera de hablar hizo que esa idea se esfumara de mi cabeza.
+ Bien.
- Esta estudiando enfermería y le encanta contarme todas esas movidas de el cuerpo.
+ Es interesante, ¿no crees?
- Es interesante hasta que sale la sangre, ahí ya la corto.
+ Jajajaja que tiquismiquis eres...
- Ya sabes como soy yo con estas cosas al contrario que los demás tíos.
+ Lo sé...
- Y bueno vive a media hora de mi así que...
+ ¿Habéis hablado de veros?
- Si, pero más adelante, quiero hacerlo bien.
+ Me parece lo correcto, no quisiera que te llevaras un desengaño.
- Tenemos que conocernos un poco más, aun que tampoco quiero esperar mucho tiempo... No sea que se aburra de esperar a que me decida.
+ ¿Ella quiere verte ya?
- Si... Casi cada día me saca el tema y a mi me cuesta decirle que no por que en el fondo yo también tengo ganas de verla, saber como es en persona.
+ Bueno mientras le hagas entender que no se trata por que no quieras y sea por que quieres hacerlo despacio y bien tiene que entenderlo.
- Lo entiende pero no puede evitar pedírmelo cada dos por tres.
+ Jajaja, la tienes loquita por ti.
- No seas exagerada...

La cena transcurrió agradable y tranquila.
Una vez finalizada se fueron al parque donde solían seguir hablando hasta la madrugada.
Cuando el reloj marcaba las dos de la mañana el teléfono de Noa sonó.
Al ver quien era se el heló la sangre.
León.
Su amigo al ver su reacción le preguntó.

- ¿Que ocurre?
+ Eh... Nada...
- Dímelo.
+ Es... Él
- ¿Kevin?
+ León.
-¿Y que quiere a estas horas?

El teléfono seguía sonando pero Noa ignorándolo siguió contándole a su amigo lo que había evitado a toda costa durante la cena.

- Así que esta conociendo a una chica y hace dos días te manda un mensaje y dice que quiere hablar contigo urgentemente?
+ Si.
- Contesta.
+¡No!
- ¿Por que no?
+ No tengo nada que decirle.
- Pero él a ti sí, y te mueres de ganas.
+ No digas tonterías, yo estoy muy bien con Kevin.
- No me mientas, recuerda que soy tu amigo y te conozco muy bien, demasiado diría yo.
+ Pff... No quiero que me haga daño otra vez, ya tuve suficiente con la historia amorosa de su nuevo amor.
- Déjale las cosas claras y punto.
+ No puedo...

Después de tres llamadas un mensaje hizo que la conversación se pausara y sin dudarlo abrió el mensaje.

" Veo que estas ocupada, te agradecería que cuando pudieras me llamaras, es urgente."

Noa después de leerlo suspiro y su amigo al ver el estado de ánimo de su amiga se le ocurrió una "genial" idea.

- ¡Ya sé! Escúchame.
+ Dime...
- Voy a llamarlo y me haré pasar por Kevin y le diré que no te moleste más.
+ Estas loco, ni se te ocurra...
- En realidad quieres hablar con él y como estas indecisa no quieres hacer nada al respecto.
+ Puede ser...
- Entonces... ¿Por que estas con Kevin?
+ Por que me hace sentir muy bien y me gusta...
- Pero en la mente tienes a León y eso... No esta bien.
+ Joder, lo sé Jorge... Yo no elijo mis sentimientos, ojala pudiera borrar a ese tío de mi cabeza pero como más intento alejarme de él más presente lo tengo en mi mente.
- Habla con los dos y sincérate con ellos. Mejor prevenir que curar.
+ Ya tienen que curarme a estas alturas.
- Entonces antes de fracasar en ambas cosas soluciónalas de la mejor manera posible.
+ Entonces... ¿Lo llamo?
- Si. Ahora.
+ Mejor mañana... Ahora quiero disfrutar de esta noche contigo.
- No te preocupes, prefiero que estés bien ahora mismo, noches hay muchas.
+ Esta bien...

El primer tono le revolvió el estómago y el segundo hizo que empezara a morderse las uñas de la mano que tenía libre. Al tercero descolgaron.

- ¿Noa?
+ Si.
- Por fin me llamas, creía que la tierra te había tragado.
+ Ojala...
- ¿Cómo?
+ Nada, nada. Dime León...
- Verás... Voy a serte sincero con todas las consecuencias que eso comporta.

Noa sintió como si le hubieran pegado un puñetazo en el estómago y miró a su amigo con cara de nerviosismo.
Su amigo cerro los ojos y hizo una mueca diciéndole que siguiera.

+ Adelante...
- Verás... ¿Te acuerdas de la chica que te hablé?
+ Si...
- Pues resulta que...
+ Mira León si me has llamado para que te ayude con ella siento decirte que ahora mismo estoy bastante liada.
- Te he llamado para hablarte de lo que me pasa contigo.

Noa no pudo pronunciar ninguna palabra más y escucho atenta y nerviosa.

- He dejado de hablar con esa chica. Me ha dolido decirle la verdad pero finalmente parece que lo ha entendido y a sido ella quien me ha impulsado a llamarte y decirte lo que voy a decirte.
+ Hmm...
- Desde que decidimos hablar menos me he dado cuenta de que te necesito más de lo que yo creía.

Noa sintió que el mundo le daba vueltas.

- Y siempre he sido muy duro conmigo mismo y muy correcto con todo y ya va siendo hora de que me deje llevar.
Con esto no quiero decirte que esté enamorado de ti ni que esté obsesionado pero si quiero decirte que me haces más falta de lo que yo creía y más me di cuenta cuándo me hablaste de ese chico con el que te estas viendo ahora.

+ Kevin.
- Kevin, si. Al escucharte tan contenta me alegré por ti pero no pude evitar sentir un poco de recelo aun que me lo callé y intenté disimular de la mejor manera posible. Sabes que se me da bien ocultar emociones.
+ Si...
- Entonces...
+ ¿Hasta dónde quieres llegar con todo esto?
- Quiero verte Noa, quiero zanjar de una vez por todas estos quebraderos de cabeza.
+¿Vernos? ¿Cuándo?
- Cuando a ti te vaya bien y yo tengo un hueco que últimamente estoy hasta arriba de exámenes.

Noa miró a su amigo que estaba mirándola atento intentando descifrar algo de la conversación.
Con señas le dijo que León le había dicho de verse.
Su amigo con los ojos abiertos se encogió de hombros.

+ Eh... No creo que sea buena idea León... No sé... Yo...
- Estás con Kevin si pero... No quiero que pienses que voy con intenciones raras.
+ No lo he pensando en ningún momento. (Mentira)
- Bueno... Sólo quiero verte, ver como eres en realidad, que hablemos cara a cara sobre esto y aclarar mis dudas.
+ Joder... No sé...
- No es por ir de listillo pero sé que algún momento tu también has sentido que tus sentimientos hacia mi eran confusos por eso creo que nos iría bien a los dos.

Noa al oír eso pensó "que flipado" pero muy en el fondo sabía que tenía toda la razón del mundo.

+ Bueno pues...
- Puedo dejarte unos días para que te lo pienses y para que hables con ese chico...
+ Mejor.
- Vale, entonces... Esperaré tu llamada o a que te conectes.
+ Vale... Ya te diré algo en cuanto haya decidido que hacer.
- Buenas noches Noa.
+ Buenas noches León.

Al colgar una manada de mariposas empezaron a revolotear por su estómago.
Se lo contó todo con pelos y señales a su amigo y juntos llegaron a la conclusión de que sea lo que sea Kevin tenía que saberlo.

Eran las cinco de la mañana y los dos amigos decidieron que ya era hora de irse cada uno a su casa.
Se despidieron y Noa prometió mantener informado a su amigo.

Una vez en la cama empezó a darle vueltas a todo lo ocurrido.
Pensó que era una locura, pensó que Kevin no merecía eso.
Recordó cuando conoció a Kevin y que gracias a él su dolor por León había disminuido considerablemente.
Recordó esa sorpresa preciosa que hacía poco le había preparado Kevin.
Lágrimas afloraron en sus ojos, si no lo veía no terminaría por zanjar nunca esa maldita historia con León pero... ¿Si Kevin hacía que se zanjara sola? ¿Sin necesidad de ver a León?
Eran las siete de la mañana y Noa aún no había pegado ojo.
Se puso los auriculares y le dio a una lista de reproducción, "Night" (Noche)
Cuando de repente y sin esperarlo la canción que León le había dedicado empezó a sonar.
"I never understood before, I never knew what love was for" 
Eso la destrozó aún más y pasando la canción sin pensar se dispuso a tomar una decisión.

Canciones que aparecen en el capítulo:
http://www.youtube.com/watch?v=cefMtnHSAhU ( Brighter Than Sunshine- Aqualung)


Capítulo 17: ¿Feliz de nuevo?


Llevaba toda la noche sin quitarse de la cabeza aquella fatídica conversación.
Se sentía engañada pero a la vez sabía que ella no había echo nada para impedirlo.
Había descuidado esa pequeña parte de su cabeza y por un momento creyó que ese sentimiento había desaparecido pero esa conversación le hizo darse cuenta de que para nada del mundo era así.
Su habitación por momentos parecía hacerse más pequeña y la tristeza inundaba su cuerpo.
Cuando quiso darse cuenta llegaba tarde a trabajar.
Para rematar parecía que esa mañana la gente estuviera cabreada con el mundo.
Que si el café está frío, las tostadas están quemadas…
Noa forzando la sonrisa intentaba no amargarse más de lo que estaba.
Faltaban cinco minutos para terminar su turno y solo de pensar que vería a Kevin se le hizo un nudo en el estómago.
¿Le tendría que dar un beso? ¿Dos? ¿Un abrazo?
Cuando lo vio aparecer por la esquina con una gran sonrisa en los labios esa tristeza que le había acompañado casi todo el día se fue por completo.
Kevin tenía un efecto en ella muy fuerte. Le hacía olvidar.
Sin dudar la beso, como si le fuera la vida en ello.
Ella lo abrazó y sintió que el mundo se detenía en sus pies.
Terminaron de besarse y se miraron a los ojos.

-Eres preciosa y besas muy bien.
- Lo mismo digo, habrás practicado mucho.
- Me sale así de bien contigo. Eres una princesa y a las princesas se las besa bien.
- Jajaja que idiota.
- Guapa.
- Bueno… ¿A dónde me vas a llevar?
- ¡Sorpresa!
- ¡Anda ya! No me gustan las sorpresas…
- Pues te van a tener que gustar. Vamos.
Con una mueca de disgusto accedió y juntos fueron hacia donde Kevin tenía pensado.
Por dentro estaba ansiosa por saber de qué se trataba pero por fuera intentaba aparentar que no era así.
Cuando llevaban un buen trozo de camino Kevin paró el coche a un lado y le tapo los ojos a Noa , eso la hizo ponerle más nerviosa aún.
Pasados diez minutos el coche se volvió a parar de nuevo y escuchó como Kevin salía del coche y se disponía a ayudarla a salir.
Tambaleándose y parándose por miedo a chocarse se agarraba cada vez más a él.
Anduvieron un par de minutos que para ella se le hicieron eternos.
De repente sintió como Kevin se colocaba detrás de ella y le susurraba en el oído:

-Esto es para ti por que…
La cinta se deslizo y el atardecer se reflejó en los ojos de Noa que al ver aquello se quedo paralizada.
Estaban en un descampado con las vistas más preciosas que había visto. Habían petalos de distintas flores y rosas por todos los lados y en medio una caja de tamaño mediano tirando a pequeño.
Pensó en cómo podía haber echo eso y dejarlo ahí para ir a buscarla al trabajo y que nada hubiera pasado.
-Es un sitio poco frecuentado. Apenas viene nadie. Tranquila.
Noa no podía pronunciar palabra, sólo lo miraba con los ojos brillantes.
Se acordó de que él no había terminado la frase y quería que la terminase pero se había quedado sin voz.
-Bueno veo que no dices nada, no se si alegrarme o no. ¿Te gusta?
Ella asintió con la cabeza sin dejar de mirarlo.
-Me dejas más tranquilo, a mi estas cosas nunca se me han dado bien, es la primera vez que hago esto.
- Es… Esto es… Increíble… Eh… Eres increíble.
- Te mereces esto y mucho más, por eso quiero que ahora abras esa caja que ves en medio de los petalos.
Sin dudar fue hacia la caja y la cogió.
Al abrirla de poco le da un ataque.
En ella había un colgante de swarovski en forma de corazón de color rojo y un anillo con el corazón más pequeño a juego. Era precioso, delicado, dulce.
Se giró y Kevin parecía un tómate. Por primera vez vio como él tenía vergüenza y eso hizo que una sonrisa se dibujase en su rostro.
Se acercó a él con paso decidido y sin decir palabra él le colocó el colgante y antes de ponerle el pelo otra vez en su sitio le beso en la nuca.
Eso hizo que se le erizara el bello de todo el cuerpo.
Con el regalo puesto en ambos sitios se giró y le beso.
No dudo, se abalanzó sobre él y le beso como nunca había besado a nadie.
La apartó de repente con delicadeza.
-Antes no he terminado la frase y me gustaría hacerlo.
- S… Si…
- Todo esto, las vistas, los árboles, el mar, los edificios, el cielo, los pétalos y este pequeño regalo es para ti, solo para ti, porque te mereces esto y más y porque… Te quiero Noa.
El corazón le dio un vuelvo cuando escucho esas palabras. Que bonita sensación el sentirse querida, respetada y cuidada.
Los dos se quedaron mirándose a los ojos y una lágrima nació en el ojos de Noa y rápidamente se estampo contra el suelo dando comienzo a muchas más.
Al ver eso Kevin la abrazo fuerte, como si la protegiera de algún mal.
Como si fuera su tesoro más valioso, como si quisiera que el tiempo no pasara nunca.
La noche siguió su curso, y Noa se sorprendió al ver que Kevin había traído una lamparita para dar luz a ese oscuro sitio.
Sentados y abrazados miraron como poco a poco se encendían las luces de todo el paisaje, era abrumador, ahí arriba parecían los reyes del mundo.
Cuando ya era tarde, lo suficiente como para irse ya que mañana tenía que madrugar recogieron y se fueron de ese maravilloso lugar.
Apenas se habían besado, sólo habían contemplado abrazados ese bonito paisaje, sin pronunciar palabra, como si todo estuviera hablado y solo bastara el calor de un cuerpo a otro.
Al llegar a casa parecía que estuviera flotando, estaba feliz y no dudo en hacérselo notar a sus padres que juntos se reían de la sonrisa boba que tenía su hija en la cara.
Cenó con ellos mientras comentaba su penoso día en el bar, ridiculizando a los clientes amargados y delicados.
Terminada la cena se despidió y subió a su habitación, iba directa a la cama, no pensaba conectarse hoy, estaba cansada de no haber dormido la noche anterior y deseaba llegar a la cama para tumbarse y con los ojos cerrados repetir esa tarde/noche maravillosa que había pasado con Kevin.
Cuando fue a ponerle la alarma en el teléfono se dio cuenta de que casi en todo el día no le había prestado caso. Al subir al coche lo había puesto en silencio y sin vibración y no se había dado cuenta de que tenía un par de llamadas pedidas y un mensaje.
Las llamadas perdidas eran de su madre, había olvidado decirle que llegaría tarde pero eso ya estaba solucionado.
Al abrir el mensaje su cara pasó de ser feliz a ser seria.
Era Leon, en el mensaje ponía:
“Tenemos que hablar, es urgente.”
Noa pensó que sería cualquier cosa de su “amiguita” y sin dudarlo borró el mensaje sin dar a su mente oportunidad de pensar en algo más, en si sería algo referente a ella o no.
Puso la alarma y se tumbó en su cama agarrando su nuevo colgante en forma de corazón, apartando a Leon y su mensaje de sus pensamientos y a dormir mientras en su mente se repetía todo el rato el rostro de Kevin diciéndole que la quería.